En la adolescencia era delgada y pensaba que duraría para siempre. Pero entonces tuve un accidente de tráfico y me lesioné la columna vertebral. Tuve que pasar varios meses en la cama. Es aterrador pensar que es posible que pases el resto de tu vida en una silla de ruedas. Durante esos meses, solamente comía y descansaba, ya que no podía hacer otra cosa. Cuando los médicos me dijeron que ya podía volver a ponerme de pie, no cabía en mí de felicidad Pero, pronto, la euforia dio paso a la desesperación. La primera vez que me puse de pie, me di cuenta de que no podía caminar. Tenía una atrofia muscular y, básicamente, tuve que volver a aprender a andar. Fueron meses muy duros para mí, pero los superé gracias a mi familia y a mis amigos.
La falta de movimiento y de ejercicio me hicieron engordar. No tenía ningún control sobre mi peso y, cuando me recuperé, decidí que era hora de quitarme esos kilos de encima. Las dietas y las pastillas no me funcionaban porque aún estaba convaleciente; ya casi había perdido la esperanza cuando vi un anuncio de NIDORA®. Quedé sorprendida con su forma de acción: de forma natural, sin privarte de nada y sin caros programas. Decidí probarlo y esperaba que de verdad hiciese efecto.
Noté el efecto inmediatamente – comencé a comer menos, no tenía ansiedad y cinco semanas después vi que ¡algunas de mis ropas me quedaban grandes! ¡Estaba tan contenta de poder comprarme ropa mona – las que yo soñaba!
¡Qué emoción! Ahora sé que cada mañana me levanto pesando menos que la mañana anterior. Por fin, me he recuperado del accidente por completo y he dicho adiós a la mujer rellenita en que me había convertido.
NIDORA® me devolvió la autoestima y me siento mejor que nunca.